¿Problemas con palomas?

Cuando pensamos en palomas, inmediatamente se nos viene a la mente toda la simbología asociada a esta especie, símbolo de la paz, mensajera de buenas noticias, celebraciones festivas, etc. Sin embargo, la presencia incontrolada de palomas y otras aves en entornos urbanos, industriales y agrícolas supone no solo una verdadera molestia para los habitantes de pueblos y ciudades, sino un potencial problema de salud pública y un deterioro significativo de edificios, infraestructuras y equipamiento urbano, con las consiguientes pérdidas económicas.

Debido a la importancia de esta problemática, en Seranca contamos con un equipo especializado en mitigar los daños provocados por palomas y otras especies de aves tanto autóctonas como invasoras. Este equipo está formado por  expertos en control de palomas, cuenta con la experiencia necesaria acumulada en nuestra compañía para dar una mejor respuesta a esta cuestión y ofreceros las soluciones más adecuadas para cada caso.

Como mencionábamos arriba, las aves suponen un trastorno para la sociedad, tanto a nivel de salubridad como a nivel económico y de infraestructuras. Además del taponamiento de canalones y desagües, la pérdida de cosechas, el destrozo de jardines o la suciedad de vehículos, aquí te explicamos los efectos más perjudiciales a tener en cuenta.

Transmisión de enfermedades y alergias

aves y transmisión de enfermedades

Convivir con aves salvajes puede poner en peligro la salud de las personas. Su presencia incontrolada y el ruido que generan son un estorbo, pero, sin duda, son sus excrementos y plumas los factores que más quebraderos de cabeza generan -a modo de ejemplo, las palomas pueden ser portadoras de plagas parasitarias tales como garrapatas, pulgas y ácaros-.

Además de resbalones, caídas peligrosas, deterioro de inmuebles, edificios y vehículos, las personas que entran en contacto con estas plagas pueden infectarse y desarrollar más de 40 enfermedades. Las más frecuentes son:

– Salmonelosis: enfermedad que afecta al aparato digestivo y se desarrolla por la bacteria de la salmonela, que vive en las zonas con acumulación de excrementos de gaviotas y palomas.

– Ornitosis o Psitacosis: esta infección puede ser originada por la inhalación de la bacteria procedente de excrementos secos y plumas.

– Gripe Aviar o enfermedad de Newcastle: este virus puede ser transmitido a las personas cuando están expuestas a excrementos de palomas infectadas.

– Infecciones fúngicas: como la Histoplasmosis y la Criptococosis, que se desarrollan por hongos encontrados en excrementos de gaviotas.

– Ácaros de aves: a menudo se encuentran en los nidos y lugares donde pernoctan y son causantes de múltiples alergias en humanos, sobre todo en niños y ancianos.

También es cierto que, salvo temas de alergias o problemas asmáticos, es muy difícil que se produzcan graves infecciones en humanos, aunque el potencial riesgo esté ahí.

Deterioro y devaluación de infraestructuras

aves y daños en infraestructuras

El posado y anidación de poblaciones incontroladas de palomas y gaviotas en edificios  puede producir graves daños en edificios y monumentos a causa de sus excrementos y la acumulación de retos que se producen en sus nidos.

En concreto, las heces de una paloma -que pueden llegar a los 15 kilos al año por ave- son altamente corrosivas y contienen sulfatos, sulfitos, nitratos, ácido úrico y fosfórico, además de semillas que terminan brotando en las fachadas de edificios históricos y protegidos, provocando daños en los materiales y afeando su aspecto, y la consiguiente pérdida cultural y económica. También el posado de estas aves en estructuras y superficies provoca serios daños, sobre todo cuando se trata de monumentos históricos y en zonas de difícil acceso.

Alternativas de tratamientos

El objetivo principal de nuestro Centro de Excelencia enfocado en aves es dar con la mejor solución para cada tipo de plaga. Nuestros técnicos especializados en esta materia han desarrollado distintos métodos contra el posado y la anidación de palomas, que se aplican en las superficies y estructuras de los edificios afectados, protegiéndolos de una forma duradera, imperceptible y no cruenta, de los daños producidos por las aves. Además, no llevan productos tóxicos, por lo que nadie puede verse afectado. Estos tratamientos pueden dividirse en Barreras Físicas, y Capturas. Aquí te explicamos en qué consiste cada método:

Barreras físicas 

El objetivo de estas soluciones, completamente incruentas para las aves, es evitar el posado de las aves en zonas determinadas, mediante el uso de barreras físicas que se lo impidan. En la mayoría de las ocasiones se requiere el uso de distintos métodos en función de las características arquitectónicas del edificio a proteger.

Una de esas barreras son las redes, muy útiles para proteger tanto grandes como pequeñas superficies, y muy eficaces, pues ofrecen resultados óptimos duraderos. Estas redes se crean con materiales resistentes a los rayos UVA y a la humedad, y vienen en diversos tamaños, formas y colores.  Las aves son bloqueadas inmediatamente por estas redes, sin posibilidad de que se enreden en ellas.

La segunda barrera eficaz contra esta plaga son los sistemas de púas, adaptables a cualquier tipo de superficie y válidos contra palomas, gaviotas o urracas, entre otros ejemplares. Este método, consistente en bandas de distintos formatos, rematadas por varillas de punta roma de acero inoxidable, es de fácil y rápida instalación, por lo que supone la opción más económica. Ahuyentan de forma efectiva e incruenta a las aves.

El Avistrand es un original sistema anti posamiento formado por cables de acero tensado con muelles, muy eficaz, duradero y prácticamente invisible, que se instalan principalmente en cornisas y alfeizares.

Por último, el sistema electrostático es un método que se adapta a la perfección en cualquier estructura o elemento ornamental, también en estatuas. Este sistema está formado por dos varillas paralelas de acero inoxidable que se colocan a una distancia específica y emiten un impulso eléctrico, similar a una vibración. Las aves, al entrar en contacto con la instalación, reciben ese pulso eléctrico desagradable, pero inocuo para ellas, evitando que vuelvan a posarse.

Capturas

Este método es el último recurso y solo aplicable si existe una superpoblación de aves que sea necesario reducir rápidamente Este sistema, para cuya utilización se requieren autorizaciones municipales y/o autonómicas pertinentes, es altamente recomendable cuando la población de aves a la que nos enfrentamos es muy numerosa o está muy concentrada en una zona determinada.

Para ello, se pueden emplear jaulas trampa -normalmente en azoteas de edificios públicos y privados-, lanzamiento de redes -en parques y espacios abiertos-, cepos no dañinos -en plazas, parques y jardines-, y capturas nocturnas. En cualquier caso, antes de actuar, es necesario hacer una evaluación del problema para elegir el método más adecuado.