Por qué el ejercicio te rejuvenece

Además de las razones biológicas que ya conoces, la práctica regular de ejercicio cambia la manera en que te mueves y vas por la vida y te rejuvenece.

Hacer siempre el mismo ejercicio para tus glúteos es contraproducente; primero porque tu cuerpo se (mal) acostumbra y segundo porque la intensidad acabará disminuyendo. Si quieres mejorar, incluye peso o cambia de ejercicio.
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Desde el modo de andar hasta cómo te levantas de la silla adopta formas más ágiles y velocidades propias de gente mas joven. Veamos por qué:

  1. Te levanta el ánimo. Las endorfinas te convierten en una persona alegre y energética sin que apenas te des cuenta. De pronto caminas más deprisa y te levantas del sofá de un salto, tienes ganas de haces cosas y las haces. Nada de te detiene, sobre todo si practicas tres veces a la semana algún entrenamiento cardiovascular como el spinning o el running.
  2. Ganas vitalidad y vigor. El ejercicio mantiene al cerebro más despierto y ágil, pone a tu cuerpo en un estado de excitación que se traduce en u mayor bienestar. Las tareas del día te resultan menos aburridas y menos extenuante.
  3. Mejora la líbido. Una sesión de entrenamiento en la que sudes en abundancia te va a dejar con ese agradable efecto secundario pues mejora el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Además, desde el punto de vista psicológico tendrás la autoestima disparada.
  4. Tu piel brilla y está más suave que nunca. Gracias al abundante sudor tus mejillas estarán relucientes y las arrugas de tu frente estarán atenuadas hasta casi desaparecer. Sin embargo, al parecer el proceso de rejuvenecimiento de la piel tras la práctica habitual de ejercicio físico es mucho más profundo. Los investigadores de la Universidad de Ontario en Canadá comprobaron en un estudio que las personas mayores de 40 años que practicaban deporte con frecuencia tenían la piel tan elástica como las personas de 20. Su teoría es que el ejercicio crea sustancias en el cuerpo que ralentizan el envejecimiento de la piel.
  5. Tu postura se estiliza. Caminas más erguida, con el pecho y los hombros abiertos, no encorvas la espalda y mantienes la mirada alta. Todos esos beneficios los da la práctica regular de un deporte o una actividad física. Si escoges yoga o Pilates notarás muy rápido el cambio. La densidad de huesos y músculos cambia y eso hace que adquieras una postura más esbelta.

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