Se ha presentado el informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017’, documento en el que se analiza la situación del hambre, la desnutrición y la malnutrición en el mundo desde una perspectiva más amplia y compleja que en ediciones anteriores. En este trabajo se destaca que el número de personas subalimentadas se ha incrementado pasando de 777 millones en el año 2015, a 815 en el año 2016, lo que supone un retroceso con respecto a los logros obtenidos en la última década.
Con el lema “Fomentando la resilencia en aras de la paz y la seguridad alimentaria”, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó su informe Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017. Se trata de un documento de 144 páginas en el que se realiza un seguimiento de los avances que se han logrado en la lucha para la erradicación del hambre y la malnutrición en todas sus formas, se analiza detalladamente la relación entre la seguridad alimentaria y la nutrición con los avances llevados a cabo para alcanzar otras metas de los ODS (Objetivos de Desarrollo del Milenio).
En el informe elaborado por la FAO, el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos) han colaborado en esta ocasión la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a fin de poder ampliar la cobertura sobre la nutrición. Esta ampliación facilita una imagen y comprensión más completa del trabajo que se debe llevar a cabo para conseguir acabar con el hambre y la malnutrición, tarea que, ante los acontecimientos actuales, será realmente complicada.
La FAO comenta que durante más de una década se ha logrado reducir de forma sostenida la tasa de hambre en el mundo, sin embargo, parece que ahora este problema vuelve a ser creciente y actualmente afecta a un 11% de la población mundial, estimándose que el número de personas subalimentadas pasó de 777 millones en el año 2015, a 815 en el año 2016. Se destacan zonas donde la hambruna ha sido más acusada, como es el caso del sur de Sudán, y situaciones de inseguridad alimentaria que pueden precipitar la hambruna en países como Somalia, Nigeria y Yemen.
El informe advierte que la seguridad alimentaria ha empeorado notablemente en diversas zonas del África subsahariana y Asia sudoriental y occidental, se aprecia un recrudecimiento de la inseguridad alimentaria en zonas en situación de conflicto que se ven agravadas por inundaciones, sequías y otros eventos medioambientales. En la última década, los países que han sufrido inseguridad alimentaria, se han visto afectados por un incremento de conflictos violentos, afectando especialmente a las comunidades rurales, lo que ha derivado en un mayor impacto en la producción y disponibilidad alimentaria.
El documento es una radiografía sobre el hambre y la inseguridad alimentaria sufrida en diferentes zonas del mundo por distintos motivos, además de los conflictos y los eventos climáticos, se destaca la desaceleración económica causada por la dependencia de las exportaciones de productos básicos, lo que lleva a reducir los ingresos. Al contar con menos capital se reduce la capacidad de importar, por lo que la disponibilidad de alimentos se ve afectada y en consecuencia, se ha reducido el acceso a los alimentos. Esta situación provoca que se reduzcan las posibilidades que ofrecen las políticas fiscales para proteger a las familias pobres del aumento del precio de los alimentos en los mercados internos. Casi se podría decir que se augura un incremento significativo de la tasa de hambre en el mundo.
Se habla de las consecuencias de las diversas formas de malnutrición en el crecimiento infantil, apuntando que uno de cada cuatro niños menores de cinco años sufre este problema. Se concluye que se han realizado considerables progresos para intentar acabar con el hambre y con todas las formas de malnutrición para el año 2030, pero los conflictos, los desastres naturales y los desastres causados por el ser humano han mermado los avances realizados.
El análisis presentado este año es amplio y complejo, además trata otros temas diferentes, como el sobrepeso y la obesidad, las tasas de lactancia materna, etc., es un trabajo que, según la FAO, marca una nueva era en el seguimiento de la seguridad alimentaria y la nutrición en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al informe y tener una imagen de cuál es la situación actual del hambre y la desnutrición en el mundo, a través de la página oficial de la FAO, podréis conocer los trabajos que se llevan a cabo en la lucha contra estos problemas que a día de hoy están lejos de solucionarse.