Con la llegada del invierno a la vuelta de la esquina, la actividad de ratas y ratones se vuelve especialmente frenética, buscando de forma intensiva alimentos con los que poder sustentarse durante los meses más fríos del año. También las abejas y avispas aprovechan los últimos días de calor, por lo que es bastante frecuente verlas antes de que llegue el frío.
El otoño destaca por la presencia de las plantas de otoño, aquellas que conservan sus hojas cuando la mayoría las pierdes. Estas plantas son el único sustento que tienen los insectos para subsistir, por lo que tienden a estar llenas de todo tipo de bichos. Aquellos hogares y negocios que tengan cerca este tipo de plantas tienen que tener especial cuidado con la limpieza de sus hogares, ya que es los insectos tenderán a asentarse en estos lugares.
E indudablemente, la vuelta al cole favorece a uno de los parásitos más temidos por madres y padres; los piojos. El fácil contagio de este parásito que se aferra a nuestro cuero cabelludo ocurre en los meses de septiembre y octubre. El contagio en colegios es tan rápido que el insecto puede asegurar su supervivencia por largas temporadas saltando de cabeza en cabeza si no se toman las medidas pertinentes a tiempo.
Ahora bien, hay que señalar que el cambio climático favorece que el calor dure mucho más tiempo. En las islas orientales el frío parece no llegar nunca, mientras que cada vez en las occidentales, las estaciones intermedias parecen ser una prolongación del verano y del invierno. Este suceso hace que se acumulen cada vez más tipo de plagas en un mismo periodo de tiempo.