Siete consejos para mejorar el medio ambiente en los colegios

Los centros educativos pueden mejorar el medio ambiente, y de paso ahorrar dinero, de formas muy diversas

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Los centros educativos que piensan en el medio ambiente se vuelven más sostenibles y reducen su gasto, a la vez que los alumnos adquieren unos valores ecológicos. La mejora de la gestión de materiales, el reciclaje de los residuos o la asunción de hábitos de consumo ecológico que eviten el derroche de la energía, el agua o los alimentos son una inversión con la que todos ganan. Este artículo ofrece siete consejos para mejorar el medio ambiente en los centros escolares.

1. Implantar una Agenda 21 Verde Escolar

Los objetivos de la Agenda 21 Escolar pasan por la mejora del medio ambiente y el apoyo al desarrollo sostenible en los centros educativos y desde ellos. Los temas que se pueden tocar son muy diversos, como la biodiversidad, el cambio climático, la contaminación, los hábitos de consumo, las energías renovables o la movilidad. Las escuelas tienen que integrarla dentro de su sistema organizativo, con una metodología de varias fases, y que implique a profesores, alumnos, familias y personal no docente.

2. Cultivar un huerto urbano

Los huertos escolares transmiten valores educativos y ambientales a los estudiantes y, de paso, producen alimentos sanos. Cada vez más colegios y escuelas se animan a poner en marcha uno. Ahora bien, antes de montarlo, es recomendable analizar las posibilidades del centro en cuanto a instalaciones, terreno y materiales disponibles. Un huerto escolar no es caro, pero requiere unos mínimos. Sus impulsores deberían dar a conocer sus beneficios entre los miembros del colegio, para que no lo vean como algo impuesto o innecesario, sino como un buen recurso educativo y ambiental.

3. Utilizar material escolar ecológico

Las principales marcas comerciales de material escolar ofrecen cada vez más productos «ecológicos» o con la sostenibilidad interiorizada en su proceso: papel o lápices de madera certificada con el sello FSC, bolígrafos con materiales reciclados o recargables, acuarelas con materiales naturales, etc. En cualquier caso, una forma sostenible de usar el material escolar es aprovechándole al máximo y no dejarse llevar por modas para cambiarlo sin necesidad.

4. Promover transporte sostenible

El coche privado protagoniza la movilidad urbana, y el desplazamiento a los centros educativos no es una excepción. Las consecuencias: más atascos, más contaminación y una peor salud. El transporte sostenible es una mejora ambiental que puede promoverse desde los colegios. Escolarizarse cerca de casa para ir a pie, utilizar transporte público, bicicleta o una combinación de todos ellos son algunas posibilidades. Y si no queda más remedio que emplear el automóvil, al menos compartirlo para reducir su impacto y ahorrar dinero. Una idea original que se puede ver en acción en cada vez más escuelas de todo el mundo es el pedibús. Sus responsables organizan grupos de niños para llegar a pie a su colegio acompañados de uno o más adultos.

5. Concienciar(se) sobre las tres erres

Los menores aprenden por imitación, sobre todo de las personas de su entorno que consideran referentes: familiares, amigos y profesores. La labor de concienciación debe ser constante, diaria, con paciencia, repitiendo los mensajes las veces que haga falta. Al asumir la regla de las tres erres, además de contribuir a cuidar el medio ambiente, se ahorra dinero: reducir (usar solo lo necesario, no derrochar recursos básicos como agua, electricidad o alimentos); reutilizar (aprovechar al máximo los productos, darles una nueva vida, compartir, etc.); y reciclar (llevar los productos usados a los contenedores adecuados para sacar partido a sus materiales).

6. Consumir alimentos ecológicos y locales

El centro escolar puede incluir en su comedor alimentos ecológicos, si no en su totalidad, al menos en parte, así como productos locales y de temporada. De esta manera se propicia una alimentación más respetuosa con el medio ambiente y más cercana a los consumidores. Los progenitores pueden hacer lo mismo cuando llevan a sus hijos la merienda.

7. Promover la educación y la diversión ambiental

El medio ambiente debería estar presente de modo transversal en todos los materiales educativos. Además de dar a conocer de manera explícita contenidos como la biodiversidad, la sostenibilidad o la naturaleza, se podrían fomentar comportamientos ecológicos. Las actividades podrían hacerse de forma divertida con aspectos relacionados el medio ambiente, como salidas al campo o enseñar la naturaleza cercana al centro escolar. Algunos colegios han llevado esta idea a su máxima expresión: las «Escuelas al aire libre» imparten todas las actividades educativas en el bosque, el campo o la playa.

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